“La integración sensorial es la organización de las sensaciones en el Sistema Nervioso Central y su utilización en la vida diaria” Jean Ayres, 1972
El procedimiento e integración de las sensaciones constituyen una base fundamental para el desarrollo de las habilidades de la vida diaria, del desarrollo socio-emocional, del funcionamiento motor y de los aprendizajes complejos. Los sistemas sensoriales claves para estas funciones son el visual, el vestibular (movimiento y equilibrio), el propioceptivo (conciencia corporal), el táctil y el auditivo.
La tarea del profesional será guiar y facilitar la entrada de estas experiencias sensoriales con el fin de hacer que el niño mejore en su participación y en su capacidad de desempeño.
En la terapia, el niño será guiado a través de actividades que cambian sus habilidades para responder apropiadamente a la entrada sensorial y llevar a cabo una respuesta organizada y exitosa.
La terapia incluirá actividades que proporcionan estimulación vestibular, propioceptiva táctil, visual y auditiva y son diseñadas para las necesidades de desarrollo específicas de cada niño. Las actividades también serán diseñadas incrementando gradualmente las demandas al niño para conseguir unas respuestas cada vez más maduras y organizadas.
Cuando acudir a una Terapia de Integración Sensorial:
La terapia de integración sensorial está diseñada para ayudar a los niños que tienen problemas para procesar la información sensorial. Una alteración en nuestra forma de procesar las sensaciones, puede tener un gran impacto en nuestras habilidades académicas, laborales, sociales… Es decir, cuando un niño no procesa correctamente los estímulos sensoriales de su entorno, sus habilidades de desarrollo pueden verse afectadas.
Los síntomas son la hiperactividad y la distracción, problemas de lenguaje, problemas de comportamiento, ligeros problemas de coordinación y de control postural y problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas).
Trastornos a tratar:
Cuando podemos sospechar de una disfunción en la integración sensorial
Bebes de 0 a 12 meses:
- Problemas de succión
- Problemas en los ciclos del sueño
- Bajo tono muscular (muy blandito)
- Llora con facilidad y sin un motivo aparente.
- Retraso en el desarrollo psico-motor
- Reacio a los cambios postulares (cambios de pañal, acostado boca-abajo, etc)
Niños 1 a 3 años:
Dificultades en la alimentación (no le gusta probar nuevos sabores, ni texturas, los rechaza, caprichosos con la comida)
- Desarrollo psicomotor pobre (Son torpes, falta de coordinación).
- Lenguaje: Problemas en la adquisición de palabras y emitir sonidos.
- Evitan sensaciones nuevas (no les gusta ensuciarse las manos, andar por superficies distintas descalzos como arena y hierva, entre otros)
- No le gustan los cambios de posición como los volteos y balanceo, entre otros.
- Niños que se distraen con mucha facilidad, baja atención.
- Se irrita con facilidad, llora desconsolada o se muestra muy agitado sin motivo aparente
Niños de 3 a 6 años:
- Dificultades en el desarrollo psicomotor (niños/as torpes, se caen con facilidad, se le caen las cosas de las manos y rompen cosas, entre otras cosas)
- Problemas de motricidad fina (dibujar, cortar con tijeras, escribir pintar…)
- Problemas en la motricidad gruesa (correr, saltar, lanzar y coger cosas)
- Dificultades de coordinación
- Hiperactividad (no está quieto, se columpia, salta o gira durante horas sin parar)
- Hipoactividad (no es muy participativo, reacio a actividad física, no juega)
- Dificultades atencionales, con o sin hiperactividad.
- Retraso en la adquisición del lenguaje, pobre vocabulario.
- Afectación de las habilidades sociales, en su grupo de iguales o con adultos.
- Irritables, lloran con facilidad sin motivo aparente, frecuentes pataletas, baja tolerancia a la frustración
- Rechazan los cambios y poca flexibilidad mental. Les cuesta salir de la rutina establecida
- Problemas con la alimentación; con dieta poco variada. No le gustan determinadas texturas y sabores
Niños más mayores, de 7 a 12 años:
- Problemas en el rendimiento académico. Fracaso escolar.
- Pobres relaciones sociales con sus iguales y con adultos
- Pobre desarrollo psicomotor. No le gusta practicar deporte
- Problemas atencionales
- Trastornos de conducta, hiperactividad o hipoactividad.
- Escasa flexibilidad en su rutina diaria, rechaza los cambios
- Problemas de comportamiento, conductas aislantes.
- Irritabilidad, compulsivo.
- Dislexia, confunde palabras, sonidos, escribe letras o números del revés.